La sinestesia suena como una enfermedad, o al menos como una experiencia incómoda. Pero es todo lo contrario. Sinestesia es poder ver los olores, o escuchar los colores, o sentir el tacto de la música.
Cuando decimos que un color es chillón, o que algo huele verde, casi siempre son metáforas. Para algunos privilegiados, sin embargo, estas sensaciones son reales. No es que asocien unos sentidos con otros, es que realmente perciben los estímulos con más de un sentido a la vez. Con frecuencia son personas muy creativas. Si conoces a alguien a quien le pase esto, que perciba la sinestesia, es probable que sea un artista o se dedique a algo relacionado con el arte.
La mayoría de los perfumistas no somos sinestéticos, pero al hablar de perfumes utilizamos con frecuencia términos visuales o sonoros. Creamos fragancias luminosas u oscuras, y en nuestros aromas hay armonías y contrapuntos. Con frecuencia nos inspiramos en la música o en la pintura para definir aromas que produzcan sensaciones complejas.
Si tu perfume fuera música, ¿qué clase de música sería? ¿Un cuarteto de cuerda de Mozart? ¿Una balada de moda? ¿Un tema de jazz? ¿Una pieza de rock clásico?
Sinestesia en el perfume
En Pressentia diseñamos perfumes a medida. Una de las preguntas que hacemos a nuestros clientes para crear su fragancia es: ¿cuáles son sus colores favoritos? Hemos comprobado que existe una correlación entre determinados colores y ciertos acordes olfativos. Es uno más de los elementos que consideramos al diseñar un perfume.
Las notas de iris son grises, un gris frío y muy elegante. Y si te gusta el color rojo oscuro también es probable que te atraigan los perfumes orientales.
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