¿Cuántas veces nos ha pasado que nos encanta el perfume que lleva una amiga y cuando lo probamos no nos huele igual?
Habrás notado también que el mismo perfume «huele distinto» en invierno y en verano.El calor acelera la evaporación: el perfume huele más y dura menos.
Todos tenemos nuestra «impronta sensorial«. Nuestra identidad olfativa se compone de la suma de nuestros genes, la química de nuestra piel, nuestra dieta, la medicación que tomamos, nuestro nivel de stress y la temperatura de nuestra piel. Este último es seguramente el factor más importante, porque condiciona la capacidad de evaporación de los componentes del perfume.
Algunas personas tienen más poros por centímetro que otras, o más capas o mayor cantidad de grasa. Estos y otros factores condicionan la temperatura de la piel y por tanto el olor de tu fragancia.
Por eso hay personas que prefieren rociar con su perfume un pañuelo o un foulard.
En Pressentia tenemos en cuenta estos factores para diseñar nuestros perfumes. Nuestros clientes pueden indicarnos su tipo de piel. También es relevante la información sobre tus perfumes favoritos.
Lo importante es que te sientas a gusto con tu fragancia. Ya sabes, Dios nos creó a todos iguales hasta que empezamos a perfumarnos.