El olor del incienso se asocia con frecuencia a las ceremonias solemnes en las grandes catedrales. Por ejemplo, el botafumeiro de la Catedral de Santiago de Compostela lleva funcionando desde el siglo XI, y en fechas señaladas envuelve a los peregrinos con el aroma inconfundible del humo de la resina quemada del incienso.
En todo el mundo, el olor que se produce al quemar incienso está ligado a los rituales sagrados. Genera en quien lo percibe un estado espiritual contemplativo e íntimo, y por este motivo se ha usado en muchas culturas desde tiempos inmemoriales. Los antiguos egipcios ya organizaban expediciones a tierras lejanas para utilizarlo en sus ceremonias sagradas. Incluso el origen de la palabra perfume proviene del latín per-fumum, (del humo) y hace referencia al olor del humo que se producía al quemar incienso y otras plantas aromáticas.
¿De dónde sale el incienso?
El incienso proviene de la resina de los árboles de la especie Boswellia, que crecen en las regiones montañosas de la India, África y el Medio Oriente. Los más valiosos se encuentran en Somalia y Etiopía. El incienso, también llamado olibano, se cosecha haciendo incisiones en la corteza del árbol para que brote su savia, un líquido lechoso que al cabo de unas semanas cristaliza en lágrimas resinosas, en cuyo interior se encuentra el aceite esencial.
En la actualidad el incienso se sigue usando de la forma tradicional, quemando su resina sola o mezclada con otras sustancias aromáticas como la mirra, la benzoína o el styrax. El resultado es un olor empalagoso, profundo y cálido, con notas dulces y ahumadas. Pero el incienso es también un ingrediente valioso en la perfumería moderna.
El olor a incienso en perfumería
En resumen, el olor del incienso que se utiliza en perfumería es muy distinto al tradicional aroma del incienso quemado. El aceite esencial se extrae de la resina mediante destilación al vapor o al vacío, y el resultado es un líquido de olor resinoso, denso, profundo, amaderado, con matices cíticos, especiados, de vino y de piel.
Por eso, el incienso es un aroma sofisticado y original, con personalidad. Los mejores perfumes consiguen equilibrarlo con otros ingredientes, y el resultado suele ser memorable. Algunos son perfumes de nicho, como el Shaal Nur de Etro, luminoso y exótico. Otros, como Chant D´Aromes de Guerlain, son clásicos, tradicionales y muy elegantes.
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Olor a incienso: Saber más.
El uso del incienso en los rituales tiene una larga tradición, que comienza en el antiguo Egipto. Se han hallado las vasijas con su perfume, entreo otras, en en la tumba de Tutankamón. Los egipcios pensaban que el humo del incienso permitiría a los dioses inhalar su aroma, y les predispondría para una actitud benévola y protectora. Desde entonces, su aceite ha estado presente en los perfumes más refinados del mundo antiguo. En los antiguos templos judíos era considerado sagrado. Ardió en el Templo de Babel, y después en los antiguos templos griegos y romanos. Los primeros cristianos lo consideraron demasiado pagano, pero cuando surgió el catolicismo volvió a usarse de forma ritual en las iglesias. Fue una de las prácticas prohibidas en la reforma del siglo XVI.
En la doctrina católica, la Iglesia parece haber adoptado una creencia que recuerda un poco al mundo pagano. Se trata del olor de santidad. Una derivación de la antigua creencia de que los perfumes son aspectos de la divinidad, y por tanto los santos al morir emanan un olor dulce y agradable.
La magia del incienso
En los grimorios mágicos medievales europeos son abundantes los hechizos que se basan en el uso del incienso, ya sea como aceite o mediante el humo de su resina quemada. Por eso Las aspersiones con incienso, realizadas con un haz menta, mejorana y romero atado por un hilo hilado por una virgen bajo una luna creciente, servían para conjurar a los espíritus y purificar las ceremonias de invocación.
En tiempos más modernos, el incienso se incorporó a los rituales mágicos de los esclavos africanos, y está presente en las prácticas del Vudú que mezcla las creencias africanas con las de las de los indígenas americanos y las tradiciones populares europeas. En los rituales mágicos modernos, el incienso está ligado al elemento aire, y por eso se usa habitualmente para purificar el espacio. Su aroma ayuda a invocar al más allá, facilita las visiones y protege el espíritu.
El incienso en cosmética.
Además de su uso tradicional y su aplicación en perfumería, el incienso también se utiliza en productos para el cuidado de la piel. En resumen, el aceite de incienso tiene propiedades astringentes y antioxidantes que contribuyen a reducir las arrugas y mejorar la elasticidad de la piel. En la medicina tradicional china se utiliza como anti-inflamatorio, antibacterial, y para mejorar la circulación y la salud respiratoria.